El Mictlán o el inframundo: Celebración del día de los Muertos en México.

 Sobre nuestros antepasados y el Mictlán.

Celebración del día de los Muertos en México.

El 2 de noviembre se celebra aquí el día de muertos, día en que recordamos a nuestros difuntos, una mezcla de celebración entre lo nuevo y lo viejo, pero pocos saben sobre nuestros verdaderos orígenes y celebraciones, así que hablaremos del Mictlán y sus dioses en esta ocasión.


El Mictlán o el inframundo es gobernado por Mictecacíhuatl y Mictlantecuhtli, deidades de las cuales hablaré después.

Este sitio sagrado se compone de nueve niveles que corresponden a las diferentes formas en que las personas mueren. El viaje dura cuatro años y la única ayuda que puede recibir el difunto es la de un xoloitzcuintle de quien ya hablé en un video.

El alma del difunto entonces debe de entrar en una transformación y cada mundo por el que debe de viajar tiene 18 deidades que multiplicadas por 20 da origen a los 365 días del año; 20 trecenas del tonalpohualli (lectores del destino que determinaban la suerte del difunto).



Los 9 mundos del inframundo antes de llegar al eterno descanso.


Sus nueve niveles eran Itzcuintlán, Tepectli, Iztepetl, Itzehecayan, Paniecatacoyan, Timiminaloayan, Teocoyohuehualoyan, Izmictlan Apochcalolca, Chicunamictlan.

Y cada uno de ellos trataba sobre una tremenda prueba que como ya he mencionado, si no eras bueno con el can difícilmente lograrías pasar dichos mundos, ahora te contaré el porqué.

Itzcuintlán: Que bien era el primer nivel, no era más que el mundo donde los Xoloitzcuintle junto con el Dios del ocaso residían, así que, si en vida el difunto había maltratado a uno de ellos, en su muerte, su alma quedaría vagando.

Tepectli: Morada de Tepeyóllotl señor de montañas y ecos, con dos grandes cerros en constante movimiento y donde los muertos debían de cruzar con cuidado y evitar ser aplastados.

Iztepetl: La residencia del Dios Itztlacoliuhqui, señor del castigo, con una muralla donde el viento sopla tanto que era capaz de hacer que los transeúntes se quitaran sus ropas en el punto más alto de la subida para poder continuar.

Itzehecayan: En el cuarto piso, habita Mictlecayotl el Dios del viento del norte y cuya morada es extremadamente fría, además de que es el sitio donde siempre nieva.

Paniecatacoyan: Sigue siendo dominio de Mictlecayotl y este mundo sigue siendo completamente frío hasta que se llega a una zona completamente desértica y la gravedad no existe por lo que es muy difícil continuar, además de que los vientos son como las olas del mar, van y vienen.

Timiminaloayan:  Ya en el sexto piso se observa que lanzan saetas, un reto demasiado difícil sobre todo evitar que una saeta le diera a un difunto, ya que si le tocaba una podría desangrarse y perder antes de llegar al final.

Teocoyohuehualoyan: El séptimo piso corresponde al señor de las montañas Tepeyóllotl, el mismo Dios del segundo nivel, además de ser también…el señor de los jaguares, mismos animales que estaban en la caza de un difunto para poder comerse su corazón.

Izmictlan Apochcalolca: Las aguas del octavo piso, exigen a los muertos desprenderse por completo de todas sus penas, algo muy difícil con lo que lidiar y que de otro modo no se podría salir al siguiente y último nivel.

Chicunamictlan: Aquí se encuentran con una nube que les nubla el paso y es que aquí, el difunto debe de realizar una profunda reflexión sobre los actos buenos como malos que hizo en vida, logrando olvidarlo lograrían tener el acceso al Mictlán.


Los Dioses del Mictlán.

Mictlantecuhtli y la diosa Mictlantecuhtli son el señor y la señora de la muerte, mientras Huitzilopochtli y Quetzalcóatl fueron los creadores.

Mictlantecuhtli el nombre se compone de dos palabras con significado, Mictlán que es la mansión de los muertos, Tecutli señor y se pronuncia como “el señor de la mansión de los muertos”.

Se le conoce como señor dador de vida y al mismo tiempo de la muerte, ya que se cuenta que cuando Quetzalcóatl bajó al inframundo depositó su semen sobre unos huesos molidos que dieron vida al hombre.

Sin embargo, con la llegada de los españoles y conquistadores, a su conveniencia tradujeron el Mictlán como infierno y el nombre de este Dios como el mismísimo diablo. Algo precioso a rescatar de nuestra historia y antepasados, es que aquellos hombres que murieron en guerra y mujeres que murieron dando a luz, se dirigían a la morada del sol y después de 4 años reencarnaban como colibríes.