El Perdón y el Hoy como experiencias de vida.

¿Cuántas veces no te levantas por la mañana dando gracias por un día más de vida? De repente abres los ojos tras una larga noche en la que tu cuerpo debió de haber descansado o quizá te la pasaste en vela pensando únicamente en las preocupaciones de cada día.


Tal vez el día anterior no fue tan genial como querías o pensabas que iba a ser, pero hoy tienes la oportunidad de hacer que el día sea mejor que el anterior.

Y conforme vas creciendo vas adquiriendo conocimiento, sabiduría, experiencia, quizá también haya algunos defectos en tu persona mucho más allá de los físicos en los que sientes que debes de trabajar constantemente.

¿Qué tan paciente eres contigo mismo y qué tan paciente eres con los demás? ¿Prácticas lo que predicas o simplemente juzgas?

Muchas veces cuando el alma está rota, no sabemos cómo descargar eso que sentimos; dicen que la tristeza es la que se convierte en ira, a veces no nos sentimos escuchados o nuestra comunicación fluye de una forma diferente.

Son esas barreras de comunicación en las que debemos de prestar especial atención y trabajar sobre ellas. ¿Qué tanto escuchas a los demás? O ¿Qué tanto te escuchas a ti mismo? Algunas veces esas barreras pueden provenir de ti y sin darte cuenta, seas la fuente original de esas mismas barreras por no saber comunicarte o simplemente por tener creencias que debes de cambiar, quizá no te abres al diálogo.

Muchas veces necesitamos de refuerzos, libros, psicología, comprensión ¡Una mano amiga que te escuche! Porque incluso muchas veces somos más sinceros con los extraños que con las personas de nuestro diario.

Algunas veces nos sentimos juzgados, heridos, muchas veces cometemos errores, estamos a la defensiva…nos cerramos al diálogo y la vida así va avanzando en una carrera de obstáculos, hasta que finalmente llegas a la meta a una edad avanzada y miras atrás y quisieras retroceder el tiempo para arreglar lo que no hiciste bien, incluso una amistad, incluso la relación con un familiar.

Quizá no hayas sido tú la razón de esa separación, quizás haya sido cosa de la otra persona, alguien que realmente querías en tu vida.

Pero déjame decirte que, está en ti tomar ese nuevo día en el que te despiertas para volver a intentarlo, tal cual lo haría un empresario. Porque tu eres la persona que tiene esa o gran empresa dentro de ti y de ti depende que esa empresa crezca, funcione o se estanque.

Muchas veces también depende de que tan buena relación tengas con tus creencias y con aquel que llames tu Dios, quizá seas Católico, Cristiano, Siervo de Buda, Musulmán…

Yo te diré lo que una vez me dijo mi madre antes de morir “Creé, en lo que tú quieras, pero cree y mantén viva esa creencia” porque muchas veces para poder avanzar, crecer, perdonar, querer necesitamos ser fieles a nuestros principios y creencias para poder seguir avanzando.

Quizá el día anterior te caíste, quizá perdiste a alguien, quizá lloraste o quizá fue otro día maravilloso.

No podemos juzgar a nadie sin tener empatía y sin conocer nuestros errores. Muchas veces cuesta mucho trabajo perdonar a alguien que llega a ofenderte también, pero tampoco podemos cerrarnos a brindar ese perdón.

Es cierto que hoy en día se romantiza el perdonar todas las ofensas recibidas por alguien y aún más por parte de un ser amado, como también el corazón y el alma se cansa muchas veces de perdonar a la misma persona, pero debemos de perdonar hasta que llegue ese momento de cansancio espiritual y después, apartarnos por nuestro bien mental.

Pero también es insensato alejarnos de aquel que nos hace daño a la primera y no darle más oportunidades de comprensión y de perdón.

Quizá esa no es la persona que debe de estar en tu vida, aunque sea familiar, aunque lleve tu sangre. Sin embargo, existen los hoy y en los hoy están nuevas oportunidades, quizá en una de esas nuevas oportunidades te encuentres con un nuevo amigo o una nueva persona que haga de tu camino un viaje enriquecedor.

Yo doy gracias por los que estuvieron en mi vida, como también doy gracias por las nuevas personas que entran en mi vida. Como también creo en el mañana, pero si hay algo que estoy aprendiendo es a vivir el día de hoy como si fuera el último de mi vida.