¡Reir Llorando! Como sociedad somos extremistas, nos vamos a diferentes puntos, pero no gozamos de los sentimientos.

💿 [Podcast] ¡Reir Llorando! 👆

Y el mundo se transforma y luce tan diferente hoy en día que las emociones que se transmiten ya no son las mismas. Ya no se siente como antes, ya no existe la misma intensidad y pasión que antes había en este mundo, porque el dinero convirtió los sentimientos banales en sentimientos poderosos como la lujuria, el poder, la ambición y otros más.


Como sociedad somos extremistas, nos vamos a diferentes puntos, pero no gozamos de los sentimientos.

Mucho menos ahora que todo está tan avanzado y metido dentro de la misma tecnología. ¿Hace cuanto tiempo tus hijos no salen a la calle a jugar con otros niños a horas de la noche incluso en la tarde? Solo en fraccionamientos donde hay seguridad puedes ver eso.

¿Juegas cartas o algún juego de mesa con tu familia, amigo, pariente o conocido? Incluso como parejas no existe esa misma comunicación que antes porque las redes sociales ahora son lo que nos mueve, alimenta y conecta con el mundo. ¡Oh si! Vivimos en un mundo donde algunas parejas duermen con sus esposas o parejas la sienten cerca, pero a la vez tan lejos.

Celulares, computadoras, dispositivos resultaron un gran avance laboral, nos ayudaron a simplificar un sinfín de cosas, pero también nos distanciaron.

Ya no tenemos tiempo de calidad, la conveniencia a través de la era de la tecnología y del marketing se ha vuelto cada vez más potente y latente. Por eso como seres humanos ya no disfrutamos de cada uno de esos sentimientos:

No podemos enojarnos, no podemos discutir sanamente porque ya no hay tolerancia en la misma sociedad, en la misma familia, por ende, ya no podemos disfrutar de la alegría, de la risa, del amor porque se nos niega sentir algunos sentimientos por la intolerancia social que existe en este mundo, se nos juzga o juzgamos.

Ya no gozamos de los triunfos, de las victorias porque los fracasos se han vuelto una verdadera burla y no una forma de aprender para avanzar. Se nos ha enseñado que fracaso es igual a derrota.

Ya no existe esa misma inocencia, ingenuidad, pureza incluso, porque ya para la sociedad son sentimientos completamente negativos, de personas perdedoras, de ignorantes, de burros y es así como la misma sociedad nos hace entender y comprender y ¡Que doloroso ¿no?!

¿Sabías que llorando puedes reír y viceversa?

Cuando yo estaba en la secundaria constantemente sufría de caídas, golpes y quemaduras en mis rodillas, una vez me caí saliendo de la tienda cuando mi prima me acompañó y en ese momento ella no me ayudo a ponerme de pie, pero ese instante me sirvió para pensar, reflexionar:

“O me rio de mi desgracia, de mi dolor porque duele harto o lloro en medio de la calle y entonces demostraría cobardía”

Y entonces me gano la risa, ella no entendía nada y también comenzó a reír hasta que le dije que en verdad me dolía y me ayudó a volver a casa. Hoy por hoy cuando me duele demasiado algo o cuando me lastimo, sigo riéndome en lugar de llorar y algunas personas no lo comprenden, pero es un remedio para mí el reír en vez de llorar porque solo así logró minimizar un poco el dolor.

Juan de Dios Peza escribió “Reír llorando” y te cito una parte de su hermoso poema. Es un poema que desde adolescentes debemos de aprender ¡Porque qué compleja es la vida misma para pasarla tan ligera sin sentimiento alguno y sin saborear esos sentimientos!

Viendo a Garrik -actor de la Inglaterra
el pueblo al aplaudirle le decía:
"Eres el más gracioso de la tierra, y el más feliz..."
y el cómico reía.
Una vez ante un médico famoso
llegóse un hombre de mirar sombrío:
"Sufro -le dijo-, un mal tan espantoso
como esta palidez del rostro mío.
'Nada me causa encanto ni atractivo;
no me importan mi nombre ni mi suerte,
en un eterno spleen muriendo vivo,
y es mi única solución la de la muerte".
-Me deja -agrega el médico- perplejo
vuestro mal, y no debo de acobardaros;
tomad hoy por receta este consejo:
"Sólo viendo a Garrick podréis curaros".
- ¿A Garrick? -Sí, a Garrik... La más remisa,
y austera sociedad le busca ansiosa;
todo aquél que lo ve muere de risa;
¡tiene una gracia artística asombrosa!
- ¿Y a mí me hará reír?
- ¡Ah! sí, os lo juro; él sí; nada más él;
más... ¿qué os inquieta? –
Así -dijo el enfermo-, no me curo:
¡Yo soy Garrik!... Cambiadme la receta".
¡Ay! ¡Cuántas veces al reír se llora!
¡Nadie en lo alegre de la risa fíe,
porque en los seres que el dolor devora
el alma llora cuando el rostro ríe!